«Con la agenda al cuello» parece ser una obra crítica que invita a reflexionar sobre las medidas y propuestas en materia de cuidado ambiental impuestas por la elite política y financiera mundial, particularmente representadas en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. La autora cuestiona la arrogancia con la que estas propuestas pretenden imponerse como una receta universal para el bien social y ambiental, sin consenso, cuestionamientos o debates, y denuncia la presunta hipocresía y engaño detrás de su discurso.
La obra parece centrarse en la aparente desconexión entre las buenas intenciones proclamadas por los expertos y la realidad de un paradigma de desarrollo que, según la autora, abraza la lógica de mercado y promueve la mercantilización de los recursos naturales, así como la artificialización de la vida en nombre de la sostenibilidad.
La metáfora de tener la Agenda 2030 “sobre nuestro cuello” evoca la sensación de estar atados o amenazados por estas propuestas, representando una preocupación por la influencia y las consecuencias de estas decisiones en la vida cotidiana. La pregunta final, “¿será que la saquemos a tiempo?”, sugiere una llamada a la acción y la posibilidad de liberarse de las implicaciones negativas que la autora percibe en estas propuestas.
En general, la obra parece desafiar la narrativa oficial de la Agenda 2030 y sus objetivos, instando a los lectores a cuestionar y examinar críticamente las medidas propuestas para el desarrollo sostenible.